• MAR o de cómo sobrevivir a un tsunami
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Deja la mente en azul y flota

El teatro se transformó en un latido, un golpe ansioso; y el silencio se transmutó en muchas olas, una marea inquieta pero que, a su vez, paradójicamente, transmitía tranquilidad. Y fue entonces cuando: “no es tan fácil soltar”. Pero ya todos los espectadores, inundados por la pleamar de la primera pieza de danza circense, sabían que la voz de Rebe iba a emitir esas palabras. Esta obra de arte no tiene un guion extenso porque no precisa de ello y es lo que sucede cuando juntas a dos personas que se perciben como una sola con tantas y tan bonitas habilidades artísticas.

En el teatro, como en la vida, hay cosas que no se pueden explicar y es precisamente ese sentimiento de saber lo que los intérpretes, Rebeca Pérez y Javier Prieto, iban a decir antes de que sucediera. Esto es la clara representación de “una imagen vale más que mil palabras” y, después de todo, cualquier cosa que nos pudieran decir, se interpretaba como una síntesis de todo aquello que nos habían hecho sentir a través de la creación sonora y corporal. No obstante, esto no es un menosprecio al texto, en absoluto, sino todo lo contrario. Es asombroso el reto dramatúrgico de escribir un guion con la suficiente calidad como para no ser prescindible en una obra tan completa en música, danza, circo e interpretación. Todas y cada una de las palabras de esta obra asistían en el entendimiento de la misma y a su vez, gracias a la magnitud de su simbología, te dejaban con más dudas existenciales sobre lo que acababas de presenciar. Esta es precisamente la huella que deja el teatro, no te ofrece respuestas, sino que te brinda la oportunidad de poner en duda hasta aquello que pensabas que estaba resuelto en tu cabeza. Una escenografía y una iluminación, así como un vestuario que se sienten como ese espacio mental en blanco que te piden los profesores de yoga para meditar y no pensar en nada, pero en azul.

 Entonces, se podría decir que esta obra es “dejar la mente en azul” para otorgar toda tu atención a los movimientos constantes de los actores. Tales movimientos parecían estar diseñados para no poder parar de observarlos, como si de una ola inquebrantable y alborotada se tratase, el inicio de un tsunami que, aunque con terror en los ojos, no puedes dejar de mirar. Los intérpretes, tal y como se ha dicho antes, parecían ser una sola persona luchando contra un maremoto de emociones. Tanto es así que a veces podía surgir la pregunta de si esos “Vamos Rebe”, “Vamos Javi” eran el reflejo de la propia lucha interior por mantenerse a flote.

Además de todo lo dicho, también es crucial valorar el trabajo de Rebeca ya que normalmente este tipo de piezas de circo aéreo pueden llegar a ser sufridas por el público por la sensación de vértigo o por el miedo a una caída, pero al cabo de los minutos, esa soltura con la que la actriz subía y bajaba, se enredaba y se desenredaba entre las cuerdas, conseguía la completa desaparición de ese sentimiento agridulce para transformarlo en uno más hipnótico y agradable. La labor del intérprete Javier Prieto es igualmente esencial en esta pieza por el ambiente de trance que conseguía generar gracias a sus múltiples interpretaciones musicales. Diferentes maneras de hacer música, desde ritmos con su propio cuerpo hasta melodías de un handpan, se fundían con el propósito de ensalzar los sentimientos transmitidos.

Una obra mágica, en la que puedes estar hipnotizado y al segundo siguiente, estar riéndote por la espontaneidad y el carisma de los actores al hablar sobre el arte que acababan de mostrarnos. Una obra atrevida y quizás hasta arriesgada, porque es todo menos convencional, pero en los aplausos de esa noche quedó claro que todos los implicados en esta obra teatral supieron, sin lugar a duda, que arriesgaron… y ganaron.

Título: MAR, o de cómo sobrevivir a un tsunami.Título: MAR, o de cómo sobrevivir a un tsunami.
Lugar: Teatre Arniches d’Alacant.
Interpretación: Rebeca Pérez Jiménez y Javier Prieto.
Creación circense: Rebeca Pérez Jiménez.
Composición musical y espacio sonoro: Javier Prieto.
Coreografía y movimiento escénico: Juan Luis Matilla Terrones.
Apoyo a la investigación en multicuerda: Zenaida Alcalde Alcalde.
Textos: Ana Donoso Mora, Javier Prieto, Rebeca Pérez Jiménez y Nacho Terceño.
Vestuario: Dita Segura Moreno. Espacio escénico: Ana Donoso Mora y Dita Segura Moreno.
Diseño de luces: Ana Donoso Mora y Martín Leal. Soleá: Alicia Acuña.
Fotografía: Raúl Jiménez Obregón, Raquel Álvarez y Sergio Garcan.
Dirección de escena y dramaturgia: Ana Donoso Mora.


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